Pese a la incertidumbre electoral y la inestabilidad económica, el consumo de fertilizantes de parte de los productores registró un nuevo récord durante el 2019, superando las 4,5 millones de toneladas.
Superó de ese modo la que había sucedido un año atrás, en 2018, cuando se habían demandado alrededor de 4,3 millones de toneladas, y es casi un 50% más que el promedio de los 12 años kirchneristas, de alrededor de 3,2 o 3,3 millones de toneladas.
Así lo manifestó Jorge Bassi, Presidente de la Asociación Fertilizar, en declaraciones al programa AgroVa, de Radio Led, pese a no estar los números finales cerrados. «No tenemos el número final, pero sí sabemos que es récord, que hubo crecimiento, con muy buenos despachos en el último trimestre», destacó.
Sí manifestó que en agosto, en medio de las PASO, la demanda se había frenado. «La visión en agosto era negativa. La gente estaba midiendo qué iba a pasar, y había sequía que luego se corto», sostuvo.
El directivo de Bunge precisó que el campo va a seguir produciendo pese a la incertidumbre del coronavirus, y que recientemente, en ExpoAgro, se vivió un «buen clima de negocios y confianza con respecto a la pandemia».
Respecto a la actual campaña, el uso de fertilizantes arrancó el año firme, lo que se está viendo en los primeros maíces tempranos «que se están cosechando con muy buenos rendimientos», y que «se van a ver también en los tardíos después de esta lluvia».
Bassi resaltó el convencimiento sobre la ventaja de la fertilización en los últimos cuatro años, especialmente en trigo y maíz, donde el productor se acercó mucho al modelo óptimo, pero advirtió que en el caso de la soja ha sido históricamente baja y los precios empujan poco, por lo cual para este año se pronostica una baja en la demanda de fertilizantes de 5% a 6%. «Dependerá mucho de los precios internacionales», afirmó.
En cuanto a los precios del sector, el empresario dijo que no se prevén bajas, pese a la caída en los mercados petroleros, porque China recortó sus exportaciones, ya que priorizó el consumo interno y algunas de sus fábricas están en el centro de la pandemia.