Una empresa local presentó un equipo pulverizador de precisión comandado de forma remota.
Un dron de tierra. El equipo recibe información del lote digitalizada para realizar su recorrido y las labores.


El primer robot desarrollado en Argentina llamado Terran, fue presentado en Expoagro. Y la empresa que llevo a cabo la innovación es Plantium de Villa Constitución, provincia de Santa Fe, localidad cercana al predio donde tuvo lugar la gran feria.
El robot funciona con dos alternativas como fuente de potencia. Una consiste en un generador que carga las baterías para 8 horas de autonomía.
La otra alternativa consistente en que las baterías alimentan directamente a la máquina. Siempre se trata de potencia eléctrica.
La operación es remota y puede ser manual o automática, pero en ambos casos es activada a través de un software para navegación satelital. Es como si fuera un dron pero de tierra.
Como en el manejo de otros equipos agrícolas digitalizados, los mapas de recorrido relevados previamente, conforman la ruta a recorrer por el equipo. Los algoritmos y softwares que intervienen, le otorgan la propiedad de detectar con anticipación, obstáculos eventuales en su camino como alambrados, árboles, animales, otros vehículos o máquinas. A fin de esquivarlos o detenerse a fin de que pase el “obstáculo” en movimiento para continuar con su derrotero.
El robot regula el inicio y la detención de la aplicación del fitosanitario ante la presencia de una maleza. Y también define las características de la pulverización como por ejemplo caudal, presión, tamaño de gota y cantidad de gotas pulverizadas por centímetro cuadrado.
En un futuro próximo llevará a bordo una central meteorológica que medirá las condiciones del clima en tiempo real. La central permitirá medir velocidad del viento, humedad relativa ambiente y temperatura, y en función de estas variables, la computadora de mando definirá las características de la aplicación, a fin de controlar la deriva, lograr la mejor llegada y cobertura del objetivo.
Debido a su capacidad de carga de 600 litros, sumada a la aplicación selectiva, se puede prever una autonomía de 50 hectáreas a más, por cada carga de depósito.
Su ancho de labor es de 10 metros, y su velocidad de desplazamiento en el trabajo puede llegar a 18 km/h. Su trasmisión de movimiento entre el motor y las ruedas hace que cambie de velocidad de avance sin escalonamientos.
Se comanda a través de Internet o bien desde el teléfono, con lo cual la distancia de control y operación no tiene un límite definido. Además, a fin de aumentar la capacidad de trabajo se pueden sincronizar varias unidades para ser operadas en el mismo momento.