-¿Cuándo se origina tu pasión por los fierros? -Con mi papá, Néstor “El Negro Ferrari”, aprendí el amor por el campo y los fierros. Con él a los 8 años desarmaba, armaba y pintaba cada una de las máquinas de casa, las que a pesar de sus años de uso quedaban como recién salidas de fábrica. A los 12 pasaba horas arriba de un tractor, araba, sembraba y segaba pasturas. Mi mundo eran los fierros. En la Escuela Secundaria Nº 24 General San Martín, al finalizar mis estudios recibí el “Premio al Mérito” otorgado por el Honorable Consejo Deliberante de la Ciudad de Concordia. Luego en 1998, me anoté en la Facultad de Ciencias Agrarias de la Universidad de Concepción del Uruguay, motivado por María del Carmen Blázquez, decana de la Facultad. En ese momento Maquinaria Agrícola era una de las materias que más me atraían. Al graduarme recibí el premio “Al mejor promedio” con el cual accedí a una beca para hacer mi carrera de Posgrado en Organización y Gestión Agropecuaria, en la Universidad de los Estudios de Molise, Italia. -¿Todo un camino sin tropiezos? -Nooo. A los 18, sentía que conseguir mis metas me llevaba mucho esfuerzo, entonces le presenté a mis padres la decisión de no seguir una carrera universitaria. Ellos, como en todo lo que hacía, me apoyaron en la decisión, pero siempre con ese consejo que no puede faltar de unos grandes padres” – Hernán, si vos querés quedarte a trabajar en el campo, no hay ningún problema, vos sabés que acá hay mucho por hacer, pero nosotros vemos mucho potencial en vos ¿por qué no probas un tiempo seguir una carrera? y si ves que no te gusta o no podés nosotros te esperamos con los brazos abiertos? Ya inscripto, todo comenzó con un gran susto, miedo y hasta terror? Pasaba de estudiar 20 hojas para un examen de la Escuela a encontrarme que tenía que aprenderme 5 libros de genética aplicada en 2 semanas para dar un final. Y ahí agradecí enormemente mi baja capacidad de memoria, entendí, por primera vez que simplemente leyendo podía lograr comprender, interpretar y razonar lo que estaba leyendo y, de esa manera, sacar mis propias conclusiones, ya no era necesario memorizar nada, para mí fue el “Eureka” de Arquímedes. Así, gané tranquilidad para estar más con mis amigos, y conocí a mi esposa, Marina Heer, un gran pilar en mi carrera, siempre con obstáculos. Nuestros hijos Regina y Donato son el testimonio vivo de esta historia. -Luego de la formación universitaria, ¿de qué manera arranca tu vida laboral profesional? -Al retorno de Italia y trabajé en Estancia Grande, conduciendo un Bedford 350 para llevar fertilizante de pollo a las producciones de arándanos de la zona. Pero en agosto de 2004, me presenté a una convocatoria de INTA para trabajar en Precop, proyecto enfocado hacia reducir las pérdidas de cosecha y postcosecha de granos que derivaba del famoso Propeco, liderado por Mario Bragachini uno de mis mayores maestros. Fui aceptado, y comencé en el INTA Concepción del Uruguay en el equipo del ingeniero Oscar Pozzolo. Parte de esa experiencia alimentó artículos de publicación masiva que aparecen en diferentes medios de difusión. -¿Cómo desarrollaste tus actividades académicas? En paralelo a mis experiencias en INTA, en el año 2005 inicié mi carrera como docente de la Cátedra de Maquinaria Agrícola de la Facultad de Ciencias Agrarias de la Universidad de Concepción del Uruguay. Allí cumplí etapas hasta que en 2013 gano por concurso abierto la titularidad de la cátedra. En la actualidad, también dirijo el Módulo de Mecanización Agrícola de la Maestría Binacional argentino/alemán entre la Universidad de Ciencias Aplicadas de Neubrandenburg y la Universidad de Concepción del Uruguay. -¿Qué otras actividades desarrollaste en el exterior? -Antes de esa Maestría, de la mano de Mario Bragachini y Alejandro Saavedra, participé de misiones internacionales, difundiendo, formando y capacitando sobre el uso de la maquinaria agrícola argentina en Venezuela, Brasil, Chile, Perú, Angola, Sudáfrica, Vietnam y Alemania. -¿Y cuál fue el camino en la actividad privada? -En el 2007 trabajé en el equipo de la plataforma Admite, de Ferias y Exposiciones Argentinas del Grupo Clarín, liderado por Andrea Fiadone. El objetivo fue el entrenamiento intensivo de operadores, técnicos, contratistas, y todo dedicado al uso de la maquinaria. Allí capacitamos a más de 2.000 participantes de Argentina, Uruguay, Chile, Paraguay y Brasil. Luego desarrollé varias tareas para Expoagro como la de integrar el jurado de los Premios Ternium Expoagro a la Innovación Agroindustrial; represento a INTA como especialista en mecanización agrícola. También desde 2017 integro el equipo organizador del Tecnódromo Mario Bragachini. En marzo de 2019, tras 2 años de trabajo en conjunto con la empresa PLA de las Rosas, Santa Fe, desarrollamos una innovadora sembradora de arroz, que tuvo un aval de Agritechnica DLG de Alemania, y este año comenzará a comercializarse en distintos países de Latinoamérica. -¿Cuáles son los proyectos para el futuro? -En conjunto con la ingeniera en Sistemas María Cecilia Ferrari, desarrollamos un equipo que evita absolutamente la deriva en aplicación de fitosanitarios. Otro es un autorregulador del cabezal maicero que reduce pérdidas de grano hasta un 90%. Otros son coadyuvantes que permiten la integración absoluta de las nuevas mezclas, dosificadores/distribuidores de siembra neumáticos sin tubos de bajada, etc. La falta de fondos no permite que estos desarrollos alcancen la luz.
PERFIL Hernán Ferrari Escribió cinco manuales y medio centenar de artículos sobre maquinaria agrícola. Hizo más de 300 capacitaciones en todo el país y difundió la tecnología argentina en países de América Latina, Europa, Asia y Africa. Junto con divrersas fábricas, desarrolló componentes para sembradoras, cosechadoras y pulverizadoras. Logró dos patentes nacionales y tres internacionales. Su pasión por la docencia se manifiesta en cada charla, seminario y jornada en la que participa. En 2019, recibió el “Testimonio Clarín Rural a la Trayectoria en Investigación sobre Maquinaria Agrícola”.
