En la muestra, que finalizó ayer en el predio ferial y autódromo de San Nicolás, se pudo observar una evolución de la tecnología, tanto en semillas como en maquinaria, para hacer un manejo cada vez más preciso al interior de los lotesPor Fernando Bertello y Mariana Reinke | Foto Marcelo ManeraSAN NICOLASProlija, imponente, llena de tecnologías y servicios para el sector agropecuario. Para ver, tocar, sentir. Con la presencia de más de 600 expositores, Expoagro edición YPF Agro se lució, se destacó. En una campaña que para muchos productores tiene sabor a revancha tras la debacle climática del ciclo agrícola pasado, por las calles de la muestra se respiró un clima distinto. No solo por la mejora productiva que trajo esta vez el fenómeno El Niño, si bien tuvo un comportamiento irregular en algunas zonas, sino por el contexto político. Los productores y las empresas del sector perciben que, más allá del peso de las retenciones y la carga impositiva en general que aún persiste, se inició un camino, lento pero con convicción, de liberación de las fuerzas productivas.Por los stands y plots, lo que se vivió, puntualmente este año, esun alivio luego de los últimos tres ciclos que estuvieron marcados por el fenómeno La Niña, que genera lluvias por debajo de lo normal. En este marco, la muestra sirvió como punto para analizar lo ocurrido en la temporada, ver enseñanzas, proyectar tendencias y para que las firmas contaran en qué andan.»Es una campaña que trajo alivio tras tres años complicados, y la enseñanza más grande es que el productor sigue apostando por la tecnología y la innovación. Consulta por densidades, fertilización, novedades en híbridos, variedades de soja», señaló Gabriel Santachiara, gerente de Desarrollo de Producto en NK Semillas.Esta campaña, en maíz los productores se volcaron a mayores siembras tardías. Sin embargo, en la campaña la última ola de calor impactó más sobre esas siembras y los maíces temprano, en cambio, que ya venían con una mejor condición de desarrollo, pudieron sortear mejor el trance.»La enseñanza más importante es que siguen trabajando para ser mejores; la demanda está más allá de un año malo [como en la campaña anterior]», indicó.En la marca están buscando aprovechar cada vez más la información climática y las plataformas digitales. A modo de ejemplo, cuentan con una base climática de 40 a 50 años para distintas regiones del país que permiten trabajar luego en los modelos de simulación. Estos son sistema NK, manejo específico NK (MENK).»Tenemos bases climáticas, de suelos, paquetes estadísticos. Estamos haciendo una predicción de rendimiento», apuntó.En rigor, con esa tecnología y toda la información acumulada luego pueden recomendarle al productor el híbrido, densidad y fertilización nitrogenada, por ejemplo. El modelo puede ir más atrás y decir lo que debería haber rendido un determinado ambiente.Al productor la herramienta le sirve para, posicionado en un lote,y tras preguntarse cuántos ambientes tiene dentro de ese lote, luego avanzar en la mejor recomendación para el uso de insumos.SituaciónEn Stine destacaron que toda la selección genética que realizan está enfocada en un punto: el rendimiento. Remarcaron que eso es justamente lo que ha venido haciendo esta empresa 100% familiar que se originó en Estados Unidos.En la Argentina, en Venado Tuerto, donde poseen un centro experimental, tienen para testeo 160.000 variedades de soja desde el grupo triple000 [son para China, Canadá y el norte de Estados Unidos] hasta el 4.5. En tanto, en Tucumán hay productos en evaluación desde el grupo 4.5 para arriba. Un dato destacado sobre la presión que se hace sobre la selección es que, a modo de ejemplo, de las 160.000 variedades solo el 1% sale al mercado.»Todo el programa genético es un concepto 360, conectados con Brasil,Estados Unidos y Guyana. Con eso se logra más avance generacional y más variedades. Es una carrera contra el tiempo», detalló Rosasco.En el país la firma lanzó Stiners, la red oficial que está apuntalando y desarrollando con herramientas. La marca es copropietaria con Corteva en la soja Enlist [tolerancia a los herbicidas 2,4-D, glifosato y glufosinato de amonio] y en Conkesta, que en este caso tiene dos proteínas en la resistencia para insectos.En este marco, lo que se ve también es un avance constante para trabajar en la ambientación de los lotes, pensando no ya como un todo, sino a partir de sus distintas especificidades. Para ese fin las empresas buscan llegar a los productores con recomendaciones.Nicolás Brandstadter, gerente de marketing de Nidera Semillas, destacó que lo que se está viendo es una «adopción constante» de tecnología por parte del productor.»Siempre buscamos en la empresa, por el compromiso que tenemos, de que el productor elija llevar nuestra genética a su lote, poder acompañar a esa bolsa una recomendación de manejo que incluya toda la tecnología posible», señaló.Según comentó, en la actualidad el sector posee la maquinaria equipada pero que ahora el paso a seguir es trabajar en la ambientación previa a la siembra de esos lotes. «Es decir, dejar de trabajar para ganar densidad fija para ir a la identificación de los distintos ambientes dentro del lote para poder hacer una recomendación de manejo, tanto de densidad de semillas como de fertilización que se ajuste al potencial que cada uno de esos ambientes tiene dentro de este lote», detalló.Pese a que la sequía dejó cosechas magras en el sector, Brandstadter señaló que aun así el productor continúa apostando a mejorar su rinde a capa y espada: «Hay dos dimensiones de la inversión, una dimensión que dice cuánto voy a invertir en el lote, pensando en el retorno y en el margen. Sin embargo, los productores que vienen adaptando en los últimos tres años, por ejemplo, el tipo de tecnología de manejo variable dentro del lote, lo que están viendo es que aportan potencial de rendimiento, un aporte muy significativo en estabilidad del rendimiento».En rigor, describió que en época donde las precipitaciones eran escasas, «aquellos lotes con estrés que pasaban con este tipo de práctica sufrieron mucho menos que los lotes que trabajaban a densidad fija».»Eso tiene que ver con que a cada ambiente dentro del lote le estamos pidiendo recursos en función a su potencial. Entonces, esos productores que vieron sus lotes performar bien en años malos, no tenemos dudas que van a seguir adoptando estas prácticas», indicó.En el manejo variable se trata de dejar de manejar el lote determinado a una densidad fija y se pasa a separar en distintos ambientes, con información a la hora de sembrar la semilla y fertilizar el lote para cada metro cuadrado.»Lo que genera es levantar los techos potenciales del rendimiento, subir los pisos, mejorar la rentabilidad porque hacemos un uso eficiente del insumo semilla y del insumo fertilización. Entonces, los productores que, durante las últimas campañas probaron esta práctica, crecieron de a dos o tres lotes en las últimas campañas, dependiendo del tamaño del productor. Cada año, alrededor de un 10% más de productores se están sumando a esta práctica que viene creciendo de la mano del aumento en equipamiento», explicó.»¿Para qué sirve la información y las recomendaciones de manejo que cada distribuidor proporciona junto a cada bolsa de semillas? El ejemplo es claro, venimos viendo en más de 40 localidades en los últimos tres años que en aquellos lotes en los que hicimos un manejo con densidad variable en maíz estamos observando promedios de 4,5% más de rinde por hectárea», agregó.El peso de la innovación en la tecnologíaINFORMACIÓNPara que el productor pueda tomar cada vez más mejores decisiones, las empresas están recurriendo a amplias bases estadísticas, por ejemplo, con datos del climaINSUMOSEn el caso del uso de insumos, las recomendaciones y la tecnología presentada sigue apuntando al ahorro y, a la vez, a la maximización de los resultadosAMBIENTESSe observan fuertes mejores productivas, según destacaron los expertos, por hacer un manejo de acuerdo a la realidad interior de los distintos lotes
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9 marzo, 2024
La Nación